Bueno en nuestra pequeña y amada Heredia se iergue una torres construida en piedra y ladrillo, de tosca belleza, propia de edificios antiguos que eran construidos con fines prácticos más que estéticos. Este edificio lo conocemos con el nombre de Fortín.
El Fortín es un testigo mudo de una Costa Rica que ya no existe, con un ejercito que tuvo su época de oro, pero que ahora es solamente un oscuro recuerdo dentro de nuestra historia. Es el único recuerdo mudo de donde hace años se ubicó nuestro cuartel militar.
Le llamamos cuartel por que fue una de las últimas ubicaciones donde se refugio el contingente de soldados que cumplieron su servicio en Heredia, pero ese edificio fue por muchos años el Cabildo de Heredia. El cual fue adquirido por el Gobierno Central en el años 1875.
El Fortín forma parte de las obras que don Tomás Guardia ordeno realizar a todos los cuarteles a nivel nacional durante su gobierno. Fue construido por Fadrique Gutiérrez, según nos dice Carlos Meléndez, en el año 1876. Fadrique es un personaje multifasetico que esta rodeado de un halo de misterio tan grande como el mismo Fortín.
En el año 2008 la Municipalidad de Heredia realizó la inversión de restaurar este icono de nuestra ciudad. El resultado de las labores fue un Fortín hermoso y renovado, libre de vegetación que destruya sus paredes y con un color natural de los materiales con los que fue construido.
Pero el día de ayer vi con asombro unas flores creciendo entre los adornos del segundo nivel, a unos 5 metro de altura. Esto me sirve para iniciar una corta reflexión sobre la conservación de esos edificio que nos recuerdan quienes somos y de donde venimos.
En los últimas semanas un grupo de ciudadanos a luchado por la conservación de edificios emblemáticos, sobre todo los del Centro Históricos de Heredia, por varios atentados que han sufrido. Pero creo estamos dejando de lado que la conservación de el patrimonio arquitectónico no es una sola inversión de dinero una vez cada quince o veinte años, debe ser un programa constante que tenga el claro objetivo que nuestros patrimonios no se destruyan .
Y es que la Municipalidad realiza una importante inversión de recursos en restaurar la Antigua Escuela República Argentina, la Gobernación, el Fortín y pero esta inversión está recibiendo ataques desde diferentes frentes.
Veo con asombro como edificios que recibieron pintura hace 4 meses o menos, hoy están plagados de palomas que anidan en sus paredes y las llenan de excremento. Esto con la complacencia de ciudadanos que inocentemente alimentan a estas ratas con alas que no solamente perjudican los edificios.
También veo como personajes completamente faltos de cultura y sentido de aprecio por su comunidad permiten que niños escalen monumentos y edificios, incluso salvajes que pintan paredes y obras de arte, con horribles rótulos alusivos a equipos de fútbol (otros peores).
Creo que con el fin de asegurar la conservación de nuestro patrimonio arquitectónico es necesario establecer programas de mantenimiento de momumentos y edificio patrimoniales. Donde tengamos listos recursos para combatir las amenazas en cualquier momento.
Es que en Heredia es muy notable el efecto de palomas, vegetación y personas sobre todos los edificios patrimoniales y monumentos.
Adelante no perdamos nuestra historia, no perdamos nuestra identidad.